Cuando era pequeño me gustaba leer. Mi padre, a quien no dejo de traer a mis recuerdos constantemente, me enseñó que leer era una manera de viajar, de saber y de vivir. Lo recuerdo siempre con un libro y sus gafas de muchos aumentos con las que más de una vez intenté hacer fuego en un papel a través de ellas con el sol. Una vez leí un artículo que no por raro dejó de ser interesante, de hecho, saciaba toda mi sed aventurera de aquellos tiempos contándome algo tan insólito como increíble. Recuerdo bien claro el titulo que ahora uso en estas líneas. La ultima mordida del Carcharodon Megalodon.El Carcharodon Megalodon era un tiburón prehistórico ya extinto. Gigantesco, de varias toneladas que amenazaba la paz del nuevo mar del planeta que poco a poco iba generando vida propia en lo que un engendro de células interesadas en sobrevivir aun no había creado al frágil y defectuoso Homno Sapiens. Al parecer estaba por todos los mares de lo que se pudiera llamar en aquel momento mundo. Se han encontrado restos de el en casi todo el planeta, incluso en lo alto de las montañas que antes estuvieron sumergidas en el mar. ....leer la entrada completa.........
por cierto....
Me gustó mucho leer tu post, Jacques!!! La mezcla de los recuerdos infantiles con la mordida del fósil a Yoani hace que sobren las palabras...,